Una mirada atrás, hacia estas últimas semanas, me deja claro que he trabajado duro, que el esfuerzo está hecho y ahora solo me queda esperar a que algún ordenador puntúe sin piedad. Mientras tanto, disfruto de la pseudolibertad que me ha sido concedida frikeando lo que puedo y durmiendo lo desdormido.

Vagando sin sentido entre palabras vacías, el corazón tenso apretado en un puño, y su alma, empapada en whiskey, colgando de su sombra.

Vives con los ojos cerrados mientras el mundo gira inevitablemente a tu alrededor.

Pasivo, finges ser uno más y omites un mar de diferencias. 

Sin decisiones que tomar, sigues los pasos de otros, que guían tu camino en la dirección opuesta a tus sueños.

Entre la multitud te sientes solo y regalas sonrisas vacías a cada uno de los extraños que te acompañan.
Solo entre las páginas encuentras tu consuelo.